Las Herramientas del Aprendiz Masón
La importancia que reviste la instrucción
masónica y la adquisición del conocimiento que nos brinda nuestra organización
son esenciales para la formación de nuevos masones.
¿Qué
son las herramientas en la masonería?
La
masonería es una organización fraternal que hace uso de diversos elementos para
compartir su contenido moral y filosófico. En este sentido, la masonería suele
utilizar tanto alegorías como símbolos para representar ideas, conceptos o
preceptos que ayuden al iniciado a mejorar su vida.
Lo
que para algunas personas podría parecer un compás o una escuadra y no
más, para un masón instruido, revisten un profundo
significado iniciático. En este sentido, los masones de todo el
mundo pasan su tiempo en los tres primeros grados simbólicos intentando
interpretar simbología.
Esta
simbología puede estar presente en prácticamente cualquier aspecto de la
masonería. Desde los paramentos masónicos, y hasta la decoración del templo mismo,
la masonería está rodeada de símbolos; estos, dotan de un sentido un tanto
místico que seduce a más de uno.
En
cada grado de la masonería es posible encontrar elementos simbólicos que le dan
un peso particular a cada enseñanza impartida por los instructores de la logia.
Así, en el primer grado o grado de aprendiz masón, tenemos la existencia de
diferentes elementos simbólicos característicos que brindan al iniciado una aproximación al contenido filosófico del grado.
Las herramientas del primer grado
El
primer grado de la masonería, también conocido como grado de aprendiz masón, es
el primer contacto que tiene una persona con el mundo masónico. En este
sentido, es necesario que el nuevo miembro de la orden comience a
familiarizarse con los aspectos simbólicos que tiene para ofrecer este grado
masónico.
Lo
usual, es que el aprendiz masón deba cumplir al menos un año calendario en el
grado de aprendiz para lograr conocer la mayor parte de los elementos que
compone el grado. Lo cierto, es que la mayoría de las logias masónicas optan
por no dejar demasiado tiempo a los aprendices en dicho grado; esto responde a
las necesidades de cada taller masónico en particular.
En el grado de aprendiz masón, tenemos la presencia de las herramientas del aprendiz, quizá se
trate de uno de los primeros trabajos o «planchas masónicas» que realizará un
hermano masón; por lo que es importante ser muy preciso con el
simbolismo de cada elemento.
Vale la pena mencionar,
que las herramientas del aprendiz masón pueden variar según la jurisdicción
masónica, el territorio geográfico y, sobre todo, el ritual utilizado. Además,
es crucial comprender, que todos los elementos simbólicos, admiten dos tipos de
interpretaciones, por un lado, la interpretación «oficial» que brinda el ritual
y por otro la versión de hermanos masones y hasta autores.
La
recomendación es que, si se está estudiando por primera vez este tipo de
conceptos, nos quedemos con la versión que dictan los rituales de referencia;
y, para mejorar la calidad del conocimiento, recomendamos contrastar las
enseñanzas de diferentes rituales de primer grado como el Sistema Preston-Webb, el Ritual de Emulación o
los Grados Simbólicos del R.E.A.A.
Relación entre la piedra en bruto y las Herramientas del Aprendiz Masón
En
el ‘Blog del Vademécum’ ya tenemos una publicación exclusivamente dedicada a la
alegoría masónica de la piedra en bruto; te recomendamos consultarla en este
enlace: «¿Qué es la “Piedra en Bruto” en la masonería?».
De
cualquier manera, vale la pena recordar que, la piedra en bruto es un elemento
alegórico y simbólico de gran importancia no sólo para el primer grado, sino
que acompañará al masón durante toda su carrera dentro de la orden.
La idea de la piedra en bruto es la de pensar que se trata de una
representación simbólica de nosotros mismos; en una piedra en
bruto (también conocida como Ashlar) encontramos una serie de imperfecciones,
estas son representativas de nuestros vicios, producto de una vida sin
consciencia sobre la virtud. Así, con ayuda de las
herramientas del primer grado (y posteriores) podremos realizar un desbaste
continuo de las imperfecciones que esta tiene.
El objetivo, es que, al
finalizar nuestro periodo de aprendizaje, estemos en posibilidades de convertir
esa obra en una versión mejorada, a la que conoceremos como «piedra pulida». La
misión no es fácil y de hecho puede llevar toda la vida. Sin embargo, la idea
es cobrar consciencia sobre nuestra obligación de convertirnos en mejores
versiones de nosotros mismos; ese es el ideal masónico.
¿Qué significa el mazo en la masonería?
El
martillo común es una herramienta que se utiliza de forma activa y continua.
sin importar el grado en el que se trabaje. De hecho, el ideal masónico exige
de sus iniciados el recuerdo constante del trabajo, pues se piensa que la labor
no concluye nunca.
Es
importante mencionar que las herramientas del aprendiz masón y, en general, las
herramientas en la masonería son representaciones de elementos de albañilería
y, como tales, su utilidad y simbolismo suelen estar «de la mano».
Los
masones operativos (los constructores de la edad media) utilizaron el martillo
o el mazo para el desbaste de la piedra en bruto; esto, con el objetivo de
hacer una piedra perfecta para su uso en la construcción.
A
nosotros, como Masones «especulativos», se nos enseña que somos al mismo
tiempo, materia prima (la piedra en bruto), herramienta (el mazo) y obrero.
Nosotros nos estamos deshaciendo de nuestros vicios y superfluidades mediante
el ejercicio de nuestras herramientas. La enseñanza simbolizada
por el Mazo debe practicarse activa y continuamente durante toda la vida para
obtener el verdadero propósito que Dios tiene para nosotros.
El significado del mazo o del martillo en la masonería está
relacionado con la fuerza; especialmente la fuerza de voluntad y la
constancia que se deben emplear en todas las empresas y proyectos que
comencemos.
Diferencia entre mazo y mallete.
El
martillo o mazo es un elemento simbólico que tiene un significado aparejado al
trabajo constante, mismo que debe ser una cualidad del iniciado que intenta
perfeccionarse. Sin embargo, no debemos confundir el martillo o mazo con el
mallete; esto ya que el significado es completamente distinto. Los malletes son
utilizados dentro de los templos masónicos como un elemento de autoridad y como
símbolo del poder de quienes dirigen las logias.
En
la mayor parte de las logias del mundo, los tres oficiales principales (el Venerable Maestro, el Primer Vigilante y
el Segundo Vigilante) son oficiales que portan malletes. Estos
son usados como un medio para llamar la atención de los obreros mientras se
desarrollan los trabajos en la logia masónica.
De esta manera, los
oficiales no cumplen la función iniciática de desbastar la piedra en bruto como
sí lo hacen los aprendices con la ayuda de su mazo o martillo. En resumen, no
podemos confundirnos entre un martillo o mazo y un mallete masónico.
¿Qué
es el cincel masónico?
El
cincel masónico es una herramienta del grado de aprendiz que puede variar
dependiendo de la jurisdicción masónica, la ubicación geográfica en la que nos
encontremos y principalmente el ritual de referencia que se utilice. Un ejemplo
claro de esto son los rituales que practican el Sistema Americano o
Preston-Webb (mal llamado Rito York).
En
estos rituales, el cincel no es considerado parte de las herramientas del grado
de aprendiz. Sin embargo, en el Ritual de Emulación, constituye una parte
fundamental de la enseñanza masónica. Tradicionalmente en los sistemas masónicos
practicados en España y América latina, se ha seguido la tradición inglesa del Ritual de Emulación. Por lo que la mayoría de las logias
considera que el cincel es una herramienta del aprendiz masón.
El
significado del cincel masónico es uno relacionado con la aplicación correcta
de la fuerza, de igual manera que ocurre con las analogías, si aplicamos fuerza
desmedida o no dirigida a una obra, esta se romperá. Así ocurre también con
nuestra piedra en bruto; si sólo utilizamos el martillo, no podemos modelar,
simplemente destruimos, no desbastamos.
La enseñanza de esto es que la fuerza sin inteligencia conduce al
caos, mientras que la inteligencia por sí misma sin la aplicación de la fuerza
necesaria, carece de propósito. De esta manera, ambos, martillo y cincel,
deben utilizarse en conjunto para golpear la obra que intentamos modelar.
¿Qué significa la regla de 24 pulgadas en masonería?
La
regla de 24 pulgadas en la masonería juega un papel sumamente importante en el
primer grado y en todos los grados posteriores. Este elemento simbólico está
relacionado estrechamente con el aspecto simbólico y espiritual de nuestra
orden.
Es
importante recordar que la masonería surge durante la edad media en algún
momento entre el siglo VI y el siglo XV; por aquellos años, los primeros
constructores de las catedrales, los precursores de los gremios de
construcción, eran los responsables de elevar dichas obras de arquitectura.
Estos
gremios de construcción tenían una relación muy cercana con los aspectos
espirituales, esto por encontrarse realizando obras sacras. Así, los masones
encargados de la construcción de estos majestuosos templos, eran, al mismo
tiempo, hombres de fe. En este sentido, la regla de 24 pulgadas es un
recordatorio sobre los deberes de un Aprendiz Masón.
Estos
deberes son el trabajo y la contemplación del creador. Son elementos cruciales
que seguirán al masón durante toda su vida, y en general, a través de su
carrera masónica; así que aquello de que la masonería no es espiritual o que
está peleada con las cuestiones de Dios, son puras patrañas.
La regla de 24 pulgadas
significa entonces una división de las horas del día y el uso que se le debe
dar a ese tiempo. Así, 8 horas deben estar dedicadas al trabajo, 8 más a la
contemplación y adoración de Dios y los 8 restantes al descanso.
¿El Mandil Masónico forma parte
de las Herramientas del Aprendiz?
En
términos generales no, aunque es importante matizar esta respuesta. Dependiendo
de los «autores masónicos» que se consulten, podemos encontrar que algunos
consideran al mandil masónico como una de las herramientas del aprendiz masón.
Sin embargo, los rituales masónicos no lo contemplan así.
El mandil masónico es parte fundamental de la indumentaria del
masón y reviste un significado por sí mismo. Este significado está
relacionado con el trabajo constante; un esfuerzo sin descanso por intentar
construir templos dedicados a la virtud.
La
recomendación es que la información vertida en libros sobre masonería siempre
sea contrastada con los rituales masónicos de referencia, sobre todo aquellos
que tienen la aprobación de las grandes potencias masónicas del mundo, las Grandes
Logias.
¿Los Guantes son Herramientas del Aprendiz Masón?
De
igual manera que sucede con el mandil masónico, algunos autores y hasta
hermanos son partidarios de mencionar que los guantes blancos revisten un
significado relacionado con las herramientas del aprendiz masón.
Lo
cierto, es que los guantes son un elemento añadido con posterioridad a la
creación de los grados simbólicos. Esto ocurre a raíz de la evolución propia de
la orden durante el siglo XIII.
Los masones tanto en Europa
como en América, comenzaron a ser partidarios de complementar la indumentaria
masónica con guantes blancos. De hecho, algunas jurisdicciones masónicas,
acostumbran entregar dos pares de guantes a los recién iniciados, uno para su
uso en logia y otros para una dama de su elección a manera de obsequio.
En
resumen, no. Los guantes que portamos en las logias masónicas no están
relacionados con las herramientas del aprendiz masón. Aunque sí forman parte
importante de la indumentaria y elegancia propias de nuestra orden; por lo que
recomendamos fervientemente su uso para complementar el atuendo.
Es indudable
que las herramientas del grado de aprendiz son uno de los elementos más
importantes de la instrucción masónica y deben acompañar a la formación del
masón durante su formación durante su carrera masónica. No sería posible
comprender nuestra institución sin estos elementos cruciales para el objetivo
iniciático.
Nuestra tarea y la de todos los masones, será siempre la intención constante de desbastar nuestra piedra en bruto en búsqueda de reducir, en la medida de lo posible, las imperfecciones propias de nuestra naturaleza como humanos.